La Selección Chilena fue derrotada de manera increíble (y quizás injusta) por el campeón del mundo, España, que tuvo que “sudar la gota gorda” para doblegar a la Roja.
El primer tiempo vio a un equipo de Claudio Borghi a toda orquesta, poniendo de rodillas a la Furia. Gran cuenta de aquello fue el furioso zapatazo de Mauricio Isla que le partió el arco a Iker Casillas para el 1-0.
Poco después, Alexis Sánchez tiró una pared de lujo con Eduardo Vargas, el de la U se mandó y se sacó con un aplomo notable al capitán del Madrid para el 2-0. El tocopillano tuvo el tercero cuando su menudo compañero le devolvió el favor pero trató de colocar en vez de definir de primera.
Andrés Iniesta ingresó en el complemento y causó estragos, más cuando se le sumó Cesc Fábregas. Nadie presionó a Cerebro en una y éste puso el descuento. El recién llegado a Barcelona del Arsenal empataría todo tras un error saliendo, donde se quedaron todos reclamando un foul.
Quizás hasta ahí estaba bien, un tiempo para cada uno. Pablo Contreras vio la roja y parecía que terminaba, pero el discreto árbitro Jerome Laperrier inventó un penal que capitalizó tras rebote Cesc.
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